viernes, 16 de noviembre de 2007
Ni el viento doblega a su
figura
orgullo milenario ya en su
época
Olivo de mi tierra madre
que enraízas con mi destino
yo te quiero vivir para siempre
en estos surcos del labriego.
Árbol de luenga tradición
siempre centinela de barbechos
con esa ofrenda de tus olivas
que hoy reclaman sus molinos.
Paisajes de tus umbriás heladas
donde unas manos se ennegrecen
“ordeñando”perlas de tus ramas
y cosechando tus esmeraldas verdes.
Viejo olivo de toda mi vida
que te crecistes con mi sangre
!!resiste la ausencia y el Olvido
en este progreso del hombre!!
José Manuel Díaz Fernández.
23 -3 -2006
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