jueves, 13 de diciembre de 2007
I
Cuantos camellos malditos,
van por el mundo matando,
dando ese polvito blanco,
que a los niños y chavales,
aun pozo lo están tirando.
I I
Los enganchan y ellos ríen,
del dinero sin pudor,
que sacan a un niño perdido.
I I I
Que pena de aquella madre,
que llora sus desventura,
viendo a un hijo demacrado,
mirándola con angustia.
I V
Le dice querida “máma”,
como te trato tan mal,
sacándote las “ perrillas “
que tu tenias,
para comprar nuestro pan,
pero el camello me sigue,
no me mantengo de pie,
y mi cabeza me estalla,
pero droga necesito,
aunque se que moriré.
V
Debían de tener colgado,
al camello que la vende,
y como justo castigo,
que la tome toa sus gentes,
que de tanto verlo a el,
tomar el polvo maldito,
ellos sigan ese ejemplo,
sin ser camellos también.
PD. Aunque esa yo se, que no es la solución.
Isabel ( la farruquita )
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