martes, 8 de abril de 2008
A orillas de la rivera
vine a verte, Virgencita,
por un puente de madera
por una trocha estrechita;
con unas alforjas viejas,
rebosantes de ilusión
y de amor, por esas tierras
que dejé sin remisión.
Senderos que fui trazando
bajo tu manto sobre Flor
y tú, me vas protegiendo
en mi vehemente furor;
devoto yo que te siento,
impávida a mi alrededor
y llenas, con sentimiento
de lealtad, entrega y candor:
el alma de este romero
que enaltece, llanto y fervor,
porque se siente el primero
al disfrutar ... de tu primor.
Desde esta tierra ...lejana,
que tan bien nos acogió,
no amanece una mañana
que tu amor no redimió,
la devoción que siento
es día por día mayor;
y llena mi pensamiento
de magna fe a mi alrededor:
porque al mirarte a los ojos
y ver tu cara bonita,
el alma, sufre congojos
y el corazón ...me palpita.
No te puedo, virgencita
en mis raices acompañar,
porque desde chiquitita
ya me apresuré a marchar;
pero te sigo llevando
en mi modesto corazón,
para decirte, cantando,
que te tengo devoción:
y me sigo emocionando
cuando entono tu canción,
marocho ausente cantando
que va regando...tu gran amor.
J.M.Vazquez.
0 comentarios:
Publicar un comentario